EL HUÉSPED DE LA VEREDA
AUTORA: LUISA HADED
Después
de la partida de Ana, hace un año y medio, nada volvió a ser igual. Me adueñé
de su habitación, así parece que está conmigo. Además jamás en mi vida tuve
cuatro paredes para mí sola, es un lugar claro y pequeño, pintado de un rosa
luminoso. Aún están sus cosas y me agrada mirarlas, las recorro con la mirada,
sin entender su ausencia y cuando llego a su fotografía, sonrío y me nutro de
su paz
Sin
duda lo más bello, es la ventana, sí, es que da al jardín, la hiedra se trepa
armoniosamente y protege del sol del mediodía. Es muy agradable la brisa que
deja entrar y envuelve todo, se suele escuchar un sonido casi musical de la
gran mariposa metálica que habita entre mis plantas y hace girar raudamente sus
alas al ritmo del viento, a veces me imagino que es Ana y un suspiro sale de
mí.
Desde que ocupo este dormitorio, escucho los ruidos de la calle. Mi
barrio es bastante bullicioso y más aún por las noches. No sé porque siempre me
toca vivir en una esquina. Mis vecinos, por más que viven en diagonal a mi
casa, se juntan en mi vereda. Uno de ellos se llama Pablo, tiene veintitrés
años, no trabaja ni estudia, se droga, consume alcohol y todo lo que consigue
por ahí.
Su
familia es grande, varias tías, que lo criaron, o mejor dicho, lo malcriaron,
porque su madre murió de sida cuando él era pequeño. Es un verdadero loquero
esa gente., la cuestión que algunos mediodías se escuchan insultos horribles
contra Pablo, echándolo a los gritos como si hubiera matado a alguien. A la
tardecita ponen música a todo lo que da. Uno de los adolescentes, hijo de
alguien, el albino, le dicen, se pone a vocalizar en forma estruendosa, nada
melodiosa, por cierto
Hace dos semanas que viene una chica jovencita, parece estar enamorada
de Pablo, porque lo espera horas sentada en mi vereda, hasta que él aparece y
se cruza, se apoyan en la verja horas y horas…, algunas noches se amanecen, sí,
cuando los primeros rayos del sol me despiertan, los escucho conversar. Me
resulta raro que la chica jamás se cruza a lo de Pablo, como si se lo tuviera
prohibido.¿ Quién los entiende?...a veces se matan a insultos y botellazos y en
algunos momentos se aman
En fin, allá ellos con su vida, pero en su
casa, no en mi vereda. Además, dejan botellas vacías de cerveza y toda clase de
bebidas desparramadas en mi frente, ¡no hay derecho! . algunas veces escucho :
“¡Eh, dónde vas!”…”A comprar a Parque”…”Tráeme uno”.. Estoy rodeada de muchachones
que ni sé de que trabajan y pasan la mayor parte del día en la esquina, ni se
les entienden las palabras arrastradas, inconclusas, pronunciación deforme
producto del consumo, de vaya uno a saber que, paco, porro, cocaína…
Siempre
pensé que estas personas son muy sensibles, tal vez, demasiado para sobrellevar
su propia existencia, no pueden aceptarse y recurren a la alienación, al bloqueo
de su pensamiento, de su consciencia como defensa para seguir viviendo . Son
seres humanos débiles, abandonados, que en algunos casos, tienen la providencia
de un buen amor para salvarse y salir del pozo en el que han caído.
Pablo
tiene un hijo pequeño, que como es la tradición familiar, es criado por las
tías, y ni se sabe de la madre. Pablo ama a su hijo y creo que es la razón de
su existencia, muy dentro suyo debe desear tener un trabajo digno, un sueldo,
pero no lo tiene, tampoco sé si lo busca..Hace un mes le ayudé a tramitar un
subsidio del gobierno y pudo cobrarlo, así que está muy agradecido conmigo. Sí,
ocupa mi vereda día y noche, sólo, con sus amigos, con su chica, fuma porro y
el vaho entra por mi ventana, me fastidia bastante, pero bueno, pobre pibe, no
hay oportunidades para jóvenes como él, solo espero que algún día, reaccione y
pueda cambiar antes que la droga lo devore, por ahora lo banco en mi vereda.
Pasaron ya tres meses, todo cambiò, ya Pablo no se sienta en mi vereda
con su chica
Una mañana como tantas otras, varios
patrulleros ocuparon la cuadra. Por la ventana pude ver que algo sucedìa en la
casa de Pablo. Los gritos se escuchaban desde mi casa. De repente veo a Pablo
esposado acompañado por dos policías. Los familiares de su chica desesperados
lo querìan linchar, le había destrozado la cara
Entonces me dì cuenta de todo, claro mientras
estaban en mi vereda, en la calle, todo iba bien, pero en cuanto estuvieron a
solas en el cuarto de Pablo, màs droga o alcohol sucedió lo peor
La tìa de Pablo me comentó que lo llevaron
a Tandil, seguramente volverá cambiado, lo que seguro no cambiarà es su entorno
y la realidad que le ha tocado vivir
Te amo hermana querida..
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