miércoles, 3 de agosto de 2022

El escritor de la ventana

 

Él estaba cansado y seguía escribiendo, la inspiración asomaba en su mente de forma abrumadora, pero llevaba horas escribiendo y sus dedos se entumecían. Debía escoger entre su cuerpo y mente o su escrito, tan difícil decisión... Pues sus personajes ya tenían vida y no podía dejarlos tirados por vagancia. ¿Qué sería de ellos sin un final, sin un destino que alcanzar?

 

 Poco a poco el cansancio se traspasó a los personajes, la bruja dejó de hechizar y conjurar con pociones, el rey dejó de tener la voz dominante que le permitía dar órdenes, la princesa estaba demasiado cansada para amar a nadie y así iban cayendo uno tras otro hasta que todo el reino cayó en una distimia intensa.

 Entonces el escritor cayó rendido y se durmió...

Al despertar releyó su historia y no daba crédito a lo que había hecho, y pensó y pensó en cómo devolver la felicidad al reino... ¡no se le ocurría nada !.

-¡Un hechizo! Se le ocurrió, pero las brujas, las hadas y todos los seres mágicos no tenían poder suficiente para revertir aquello.

Entonces...¡ No se me ocurre nada!

Y se puso a ver por la ventana a ver si algo le inspiraba. Cuando una mujer pasó, pero no una mujer cualquiera, una de ojos profundos y pelo ondulado, castaño como una musa griega pero con otra vestimenta, algo se iluminó dentro de él y en el reino apareció un caramelo envuelto en el suelo.

Un niño que iba cabizbajo lo vio brillando en el suelo y lo cogió, se le dibujó una sonrisa de oreja a oreja, pues en el reino casi no había dulces y fue corriendo a su casa a contarlo. Sus padres se alegraron también y decidieron compartirlo entre todos. Estaban tan alegres que decidieron ir a la plaza del reino a regalar flores a los que por allí pasaban y así poco a poco todos recogieron un poco de felicidad, unos ayudaban a otros, incluso daban obsequios sin motivo aparente solo por el placer de ver a otro sonreír.

Mientras tanto el escritor se había olvidado del problema viendo a la bella dama, y cuando reaccionó se le ocurrió como devolver la magia al reino, colaborarán todos por una vez en la vida para romper el maleficio y recuperar la felicidad. Porque todos habían perdido algo que querían recuperar. Así que se puso a escribir una historia sin final, en donde cada problema se podía solucionar.

 

Andy López

España

Amantes de escrituras

1 comentario:

Una noche en el potrero del Manza

  Fue Luciano, quién gritó: -¡GOL GANA! Cuando Franco agarró la bocha y rumbeo para el arco, ya era tarde. Es decir, era una de esas tar...