ÀRBOL
Centinela de mi niñez.
Cómplice audaz, protector
¡Trepo en tus ramas!
Me acunas suavemente.
Me das tus frutos generosos
Manjares celestiales,
que disfruto bajo tu sombra
Das vida a la vida, luz y oxígeno
Sé, que cuando todo termine
y ya no quede nada sobre esta tierra
¡Allí estarás! ¡ Para continuar la
existencia!
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